miércoles, 29 de agosto de 2012

Revolución Haitiana



Revolución de Haití (1790-1804)



“Hermanos y amigos. Soy Toussaint Louverture; quizás el conocimiento de mi nombre haya llegado hasta vosotros. He iniciado la venganza de mi raza. Quiero que la libertad y la igualdad reinen en Santo Domingo. Trabajo para que existan. Uníos, hermanos, y luchad conmigo por la misma causa. Arrancad de raíz conmigo el árbol de la esclavitud. Vuestro muy humilde y muy obediente servidor, Toussaint Louverture, General de los ejércitos del rey, para el bien público”
 El 29 de agosto de 1793 Toussaint hizo pública su proclamación, en la que se presentaba como el líder de los negros



Es una Revolución de caracter esclavista y aunque logró convertir a Haití en un estado independiente, no posibilitó el tránsito al sistema capitalista como la Revolució Francesa. En cambio la Revolución Haitiana, al abolir el sistema esclavista por via de la revolucionaria.
La Revolución Haitiana fue un acontecimiento muy complejo porque todos los grupos raciales tenían conflictos:                 
·     Los grandes mulatos contra los grandes blancos.
·   Los grandes blancos contra los pequeños blancos.
·   Pequeños blancos contra esclavos negros.

Causas de la Revolución Haitiana
Las causas de esta Revolución fueron las siguientes:
·    Las contradiciones internas del sistema esclavista.
·  La abolición de los derechos feudales de la nobleza.
·    Buscar la igualdad para todos.
·    Un vivir mejor. 
Etapas de la Revolución Haitiana
Primera etapa:
Las cimarronadas, consistió en un levantamiento de grupos de esclavos que huían a las montañas como forma de defensa y luego, desde allí realizaban ataques a la plantación.
Segunda etapa:
El levantamiento de mulatos, los cuales se enfrentaron a los grandes blancos dos veces para lograr dos de los nacientes derechos tras la Revolución francesa:   Igualdad y Libertad
Tercera etapa:
El levantamiento de esclavos, el cual fue un levantamiento de los esclavos hacia los grandes blancos debido a que estos esclavos querian obtener su libertad, esta sublebación consistia en la destruccionde los bienes de los grandes blancos y hasta los mismos grandes mulatos.
Entre sus lideres principales estan:
·    Toussaint Louverture
·        Boukman
·           Jean Francais Biasson
Consecuencias de la Revolución Haitiana
Esta Revolución trajo varias concecuencias tales como:
·     La abolición de la esclavitud en 1789.
·    La fundación del estado haitiano en 1804.
·     Toussaint Louverture quedo al frente de Haití.
·    Luchas plantaciones fueron asignadas a generales negros lo que causo un gran descontento entre los antiguos esclavos.
Estas son de las mas importantes entre otras.


La Independencia de Haití supone entrar en guerra con Francia, y con Napoleón. Jacobo Dessalines I se proclama emperador y su lugarteniente será Toussaint. Es el primer Estado independiente y negro.
En 1801 Toussaint invade La Española y llega a Santo Domingo. En 1802 entra en guerra con Francia, que ganará gracias a las escasas fuerzas militares que Napoleón es capaz de enviar, a la resistencia de los esclavos y a la fiebre amarilla, y proclamará la independencia. Santo Domingo no pertenecía ni a Francia ni a España desde el Tratado de Basilea de 1795, pero tenía un fuerte sentimiento antifrancés, y estaba controlada, de hecho, por España. Pero en 1802 Santo Domingo decide hacer una revuelta para poder conseguir sus propios derechos.
Los criollos de Haití emigrarán a Santo Domingo durante la revuelta de los esclavos. La economía de Santo Domingo era más ganadera y de subsistencia que la de Haití.
Una vez proclamada la independencia de Haití, Jacobo I se propone invadir Santo Domingo, en 1805. La presencia de una flota francesa en las Antillas, por el bloqueo, fue interpretada como un intento de invasión de Haití por los franceses, y los haitianos se retiraron de Santo Domingo, que quedó bajo gobierno francés. En 1808 se agudizan las tensiones entre el gobierno francés y la población dominicana, debido a la guerra con España y a la prohibición de comerciar con Haití. Sánchez Ramirez, en 1809, conspira desde Puerto Rico para expulsar a los franceses de la isla, pero no proclamará la independencia sino la adhesión a España.

Haití, país ocupado (un artículo de Eduardo Galeano)


Consulte usted cualquier enciclopedia. Pregunte cuál fue el primer país libre en América.
Recibirá siempre la misma respuesta: los Estados Unidos. Pero los Estados Unidos declararon su independencia cuando eran una nación con seiscientos cincuenta mil esclavos, que siguieron siendo esclavos durante un siglo, y en su primera Constitución establecieron que un negro equivalía a las tres quintas partes de una persona.
Y si a cualquier enciclopedia pregunta usted cuál fue el primer país que abolió la esclavitud, recibirá siempre la misma respuesta: Inglaterra. Pero el primer país que abolió la esclavitud no fue Inglaterra, sino Haití, que todavía sigue expiando el pecado de su dignidad.
Los negros esclavos de Haití habían derrotado al glorioso ejército de Napoleón Bonaparte y Europa nunca perdonó esa humillación. Haití pagó a Francia, durante un siglo y medio, una indemnización gigantesca, por ser culpable de su libertad, pero ni eso alcanzó.
Aquella insolencia negra sigue doliendo a los blancos amos del mundo. De todo eso, sabemos poco o nada. Haití es un país invisible.
Solo cobró fama cuando el terremoto del año 2010 mató a más de doscientos mil haitianos.
La tragedia hizo que el país ocupara, fugazmente, el primer plano de los medios de comunicación.
Haití no se conoce por el talento de sus artistas, magos de la chatarra capaces de convertir la basura en hermosura, ni por sus hazañas históricas en la guerra contra la esclavitud y la opresión colonial.
Vale la pena repetirlo una vez más, para que los sordos escuchen: Haití fue el país fundador de la independencia de América y el primero que derrotó la esclavitud en el mundo.
Merece mucho más que la notoriedad nacida de sus desgracias. Actualmente, los ejércitos de varios países, incluyendo el mío, continúan ocupando Haití. ¿Cómo se justifica esta invasión militar? Pues alegando que Haití pone en peligro la seguridad internacional.
Todo a lo largo del siglo diecinueve, el ejemplo de Haití constituyó una amenaza para la seguridad de los países que continuaban practicando la esclavitud. Ya lo había dicho Thomas Jefferson: de Haití provenía la peste de la rebelión. En Carolina del Sur, por ejemplo, la ley permitía encarcelar a cualquier marinero negro, mientras su barco estuviera en puerto, por el riesgo de que pudiera contagiar la peste antiesclavista. Y en Brasil, esa peste se llamaba haitianismo.
Ya en el siglo veinte, Haití fue invadido por los marines, por ser un país inseguro para sus acreedores extranjeros. Los invasores empezaron por apoderarse de las aduanas y entregaron el Banco Nacional al City Bank de Nueva York. Y ya que estaban, se quedaron diecinueve años.
El cruce de la frontera entre la República Dominicana y Haití se llama El mal paso.
Quizás el nombre es una señal de alarma: está usted entrando en el mundo negro, la magia negra, la brujería… El vudú, la religión que los esclavos trajeron de África y se nacionalizó en Haití, no merece llamarse religión. Desde el punto de vista de los propietarios de la Civilización, el vudú es cosa de negros, ignorancia, atraso, pura superstición. La Iglesia Católica, donde no faltan fieles capaces de vender uñas de los santos y plumas del arcángel Gabriel, logró que esta superstición fuera oficialmente prohibida en 1845, 1860, 1896, 1915 y 1942, sin que el pueblo se diera por enterado.
Pero desde hace ya algunos años, las sectas evangélicas se encargan de la guerra contra la superstición en Haití. Esas sectas vienen de los Estados Unidos, un país que no tiene piso 13 en sus edificios, ni fila 13 en sus aviones, habitado por civilizados cristianos que creen que Dios hizo el mundo en una semana.
En ese país, el predicador evangélico Pat Robertson explicó en la televisión el terremoto del año 2010. Este pastor de almas reveló que los negros haitianos habían conquistado la independencia de Francia a partir de una ceremonia vudú, invocando la ayuda del Diablo desde lo hondo de la selva haitiana. El Diablo, que les dio la libertad, envió al terremoto para pasarles la cuenta.
¿Hasta cuándo seguirán los soldados extranjeros en Haití? Ellos llegaron para estabilizar y ayudar, pero llevan siete años desayudando y desestabilizando a este país que no los quiere.
La ocupación militar de Haití está costando a las Naciones Unidas más de ochocientos millones de dólares por año.
Si las Naciones Unidas destinaran esos fondos a la cooperación técnica y la solidaridad social, Haití podría recibir un buen impulso al desarrollo de su energía creadora. Y así se salvaría de sus salvadores armados, que tienen cierta tendencia a violar, matar y regalar enfermedades fatales.
Haití no necesita que nadie venga a multiplicar sus calamidades. Tampoco necesita la caridad de nadie. Como bien dice un antiguo proverbio africano, la mano que da está siempre arriba de la mano que recibe.
Pero Haití sí necesita solidaridad, médicos, escuelas, hospitales y una colaboración verdadera que haga posible el renacimiento de su soberanía alimentaria, asesinada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras sociedades filantrópicas. Para nosotros, latinoamericanos, esa solidaridad es un deber de gratitud: será la mejor manera de decir gracias a esta pequeña gran nación que en 1804 nos abrió, con su contagioso ejemplo, las puertas de la libertad.
(Este artículo está dedicado a Guillermo Chifflet, que fue obligado a renunciar a la Cámara de Diputados del Uruguay cuando votó contra el envío de soldados a Haití).
*Texto leído ayer por el escritor uruguayo en la Biblioteca Nacional en el marco de la mesa-debate «Haití y la respuesta latinoamericana», en la que participaron, además, Camille Chalmers y Jorge Coscia (28/09/2011)